La nación atunera más grande del mundo, Indonesia, hizo todo lo posible en los últimos años para cambiar el status de su industria, afectada por el agotamiento de existencias y la caza ilegal. Las medidas del gobierno, que incluyeron hasta el bombardeo de buques extranjeros que pescan ilegalmente en aguas indonesias, han ayudado a las poblaciones de peces a más que duplicarse en los últimos cinco años.