El portal de noticias World Fishing & Aquaculture informó que comenzaron las conversaciones entre la Federación Nacional de Organizaciones de Pescadores y el gobierno británico para discutir la mejor manera de mitigar el impacto del COVID-19 en la industria pesquera. El mercado de productos pesqueros está sufriendo los efectos, y hay temor de que sucedan cosas peores. Por ejemplo, el sector del cangrejo fue uno de los que sintió las consecuencias más tempranas, ya que había respondido a la creciente demanda de China y ahora ve una caída dramática en los precios. De manera similar, el mercado de langostas congeladas también se ve afectado, ya que los inventarios se acercaron a la capacidad máxima antes de que el virus atacara y la saturación afectará inevitablemente el comportamiento de los compradores. A su vez, el artículo detalla que los precios del pescado blanco se desploman a medida que los compradores enfrentan dificultades logísticas y limitaciones de viaje, y es probable que las pesquerías estacionales, como la sepia, se vean afectadas por las restricciones en Italia y Francia. En otro orden, también hay mucha preocupación por cómo continuarán operando las unidades de procesamiento de pescado, ya que la fuerza laboral está reducida y las empresas están tomando sus propias decisiones para mitigar los impactos. Se esperan paquetes de medidas importantes que apoyen al sector.