FAO / PANAMÁ: LAS ALGAS BRINDAN NUEVAS OPORTUNIDADES A LOS PESCADORES INDÍGENAS EN PANAMÁ

 
Ante la disminución de las poblaciones locales de peces, la FAO puso en marcha un programa en el territorio de los pueblos indígenas de Guna Yala, en Panamá, para enseñar a las mujeres a cultivar, recolectar y procesar algas marinas como una nueva fuente de ingresos. Alejandro Flores Nava, oficial superior regional de pesca y acuicultura de la FAO para América Latina y el Caribe, afirmó que el objetivo es aumentar la resiliencia e independencia de las mujeres guna. “Queríamos trabajar con una organización de mujeres indígenas para contribuir a su empoderamiento económico”, explica Flores Nava. Tras consultar con la asociación Naranjo Grande, la FAO y la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) se pusieron en contacto con Gracilarias de Panamá, empresa privada especializada en el cultivo sostenible y la exportación de algas marinas. La empresa aceptó capacitar al grupo de forma gratuita y comprar sus productos. Mientras que Gracilarias ayudó a desarrollar la capacidad de las mujeres guna en el cultivo de algas marinas, la FAO trabajó con las ellas en la creación y administración de un fondo rotatorio y las ayudó a organizar una cooperativa para vender sus productos. Las participantes plantaron las algas iniciales en noviembre de 2021 y la primera cosecha se recolectó en febrero de 2022. Secaron las algas y aprendieron a extraer agar para hacer jabones y cosméticos. Flores Nava asegura que, con el tiempo, la intención del fondo —creado con los beneficios de estas actividades económicas— es financiar otros proyectos y apoyar a las familias durante las emergencias. “Está en sus inicios, pero han hecho progresos notables”, indica Flores el representante de FAO. “Ya han obtenido dos cosechas. Ahora se sienten mucho más empoderadas y han aportado más a sus familias para poder ser más autónomas”. Por su parte, María, una pescadora participante del proyecto, manifestó que está deseosa de elaborar productos y venderlos a nivel local y a los turistas. “Será una gran ayuda para nuestra economía, y estoy segura de que habrá cambios positivos en la comunidad”. La empresa Gracilarias considera que la iniciativa es un éxito y un modelo no solo para las comunidades de mujeres de Panamá, sino para toda la región. Además de los ya involucrados, otros 150 miembros de la comunidad guna esperan participar en el proyecto en el futuro. Más allá de producir jabones y cremas, Gracilarias dice que cuenta con trabajar al final con las mujeres guna en la comercialización de algas secas y en usar las zonas de plantación de algas como centros de ecoturismo para atender a los visitantes locales y extranjeros. FAO recuerda que el proyecto coincide con el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales 2022, que destaca el papel fundamental de los pescadores en pequeña escala y los trabajadores de la pesca y su contribución a las vidas y los medios de subsistencia.
Se puede encontrar más información del proyecto en este link:

Fecha: 

Martes, Septiembre 6, 2022 - 08:15