Inflación alta y comienzo de 2022 agitado
La presión inflacionaria hizo que la demanda se desplace aún más hacia los productos acuícolas, los que se mantuvieron relativamente estables en cuanto a precio y oferta en comparación con muchas de las principales especies de captura. Los aumentos de precios para las especies de captura han sido pronunciados, particularmente para el pescado blanco, que según el índice de precios de pescado de la FAO aumentó un 55 % entre enero y junio. Estos incrementos de precios están abriendo oportunidades para especies que antes estaban marginadas, como el pangasius, que anteriormente tenía problemas para ingresar a los mercados dominados por el bacalao y el eglefino. Al mismo tiempo, la producción de tilapia continúa creciendo, con mayor injerencia en los mercados europeos, americanos y africanos.
El impacto inmediato de la guerra en Ucrania sobre los mercados mundiales de commodities ha disminuido un poco, lo que redujo la presión alcista en los costos de los insumos. La Iniciativa de Granos del Mar Negro ha permitido el comercio marítimo ucraniano, facilitando el suministro mundial de cereales y reduciendo los precios de las raciones acuáticas. Los precios del crudo han caído a su nivel más bajo desde el estallido de la guerra, lo que debería reducir los costos de combustible e insumos en los próximos meses. A pesar de esto, se espera que las continuas limitaciones de oferta y la alta inflación hagan que los precios generales del pescado se fortalezcan. Además, si bien los precios del flete de contenedores cayeron desde su punto máximo en marzo, las tarifas promedio siguen siendo tres veces más altas que antes de la pandemia.
La oferta limitada y variable se sumó a los cambios en curso en la industria de alimentos para peces, con una rápida reformulación y un mayor interés en las alternativas a los ingredientes tradicionales. La Niña ha provocado mal tiempo y dificultades para la pesquería de anchoveta de Perú, que suministra la mayor parte de la harina y el aceite de pescado del mundo. Solo se ha cubierto el 32 % de la cuota de 2022; por estas fechas el año pasado, se había cubierto el 43 % de la cuota. Las tasas de capturas de juveniles han provocado mini prohibiciones de pesca, lo que dificulta aún más la producción y aumenta la posibilidad de que la temporada se cierre antes de tiempo. Los menores rendimientos de aceite de juveniles también han reducido la oferta de aceite de pescado, cuyo precio ha subido a USD 3.400 por tonelada (FOB Perú), un incremento del 25 % respecto a principios de año.
Se esperan nuevas caídas en el poder adquisitivo de los consumidores este año y hasta 2023, lo que debilitará la demanda de pescado y productos pesqueros, y ralentizará el crecimiento del sector. Es probable que la inflación siga siendo la principal preocupación de una industria que busca acomodarse y reequilibrarse respecto a un comienzo de año agitado.