La caída de los precios y la demanda, junto con el aumento de los costos de alimentación y producción, han dejado a los productores mundiales de camarón en una situación desesperada, según un nuevo análisis publicado por Rabobank y citado por el portal Seafood Source. El informe señala que la industria camaronera enfrentó un primer semestre desafiante, con precios que siguieron cayendo debido a la pobre demanda de los mercados occidentales, junto con la oferta elevada de los principales productores como Ecuador. Por el momento, es difícil estimar hasta cuándo seguirán los precios bajos, según el autor de la publicación. Calificando al 2023 como "un año para el olvido" hasta el momento, el informe sugiere que la caída de la demanda puede empeorar en la segunda mitad del año a medida que la demanda china se nivela. China importó cantidades récord de camarones anticipándose a una fuerte demanda después de que abandonara su política de cero COVID en noviembre de 2022, pero la demanda no se recuperó tan rápido como se esperaba, lo que resultó en precios bajos e inventarios altos. Las ventas de camarón se han visto afectadas por una desaceleración de la economía china debido a factores macroeconómicos, incluido el desempleo elevado entre las generaciones más jóvenes, la deuda del gobierno local y la crisis de la industria inmobiliaria. China está experimentando deflación en este momento, y hasta que el gobierno no anuncie algunas medidas, no habrá ningún cambio en el corto plazo. Otro apunte importante es que la industria del camarón de Asia en su conjunto está entrando en lo que podría ser su período más desafiante desde el brote del síndrome de mortalidad temprana (EMS) en 2011, según Rabobank. Es probable que la contracción de oferta que comenzó en el primer semestre de 2023 continúe y, al menos para India, se acelere, ya que prácticamente toda la industria está operando con pérdidas por kilogramo vendido. La producción india podría disminuir hasta un 20 % en la segunda mitad de este año, y posiblemente también se puedan contraer los volúmenes de Vietnam e Indonesia. Por su parte, los productores ecuatorianos también pueden esperar un resto de año complicado, con dificultades para cubrir los costos de producción e importantes desafíos de competitividad.