LA DEMANDA DE LOS CONSUMIDORES ES UN GRAN DESAFÍO EN 2023

Se prevé que la producción pesquera y acuícola durante 2023 experimente un ligero repunte en comparación con 2022 (+0,6%), ya que el crecimiento en el sector acuícola compensaría una caída leve de las capturas silvestres.

La expansión de la acuicultura persistirá y se prevé que alcance los 96 millones de toneladas en 2023, un aumento aproximado del 2,8% respecto a 2022. Sin embargo, esta tasa de crecimiento proyectada es levemente inferior al promedio histórico del sector; entre 2015 y 2021 el crecimiento interanual promedió 3,7%. Si bien el crecimiento de especies como el salmón y la tilapia se ha desacelerado, otras especies como el pangasius y el camarón están experimentando una expansión progresiva. Los crecientes costos de producción, particularmente de raciones, están ejerciendo presión sobre la rentabilidad de varios acuicultores.

Las proyecciones indican una modesta disminución de aproximadamente 1,6% en la producción de la pesca de captura en 2023. Esto puede atribuirse a condiciones climáticas adversas y a la reducción de cuotas, lo que llevará a capturas limitadas de varias especies importantes. Se prevé que la producción de anchoveta, que ya tuvo una disminución de alrededor de 1 millón de toneladas entre 2021 y 2022, caiga aún más en 2023 debido a la escasez de capturas y la posible aparición del fenómeno de El Niño en la segunda mitad del año.

En líneas generales, los precios siguen altos. El Índice de Precios de Productos Pesqueros de la FAO subió de 122 puntos a principios de 2023 a 130 puntos en abril, acercándose al pico máximo registrado en junio del año anterior. Se espera que esta tendencia alcista de precios mantenga el valor del comercio mundial de productos pesqueros y acuícolas en niveles que superarán los de años anteriores. La brecha de precios entre los peces de captura y de acuicultura se ha ampliado a 35 puntos, con especies de demersales y atún que alcanzaron niveles récord.

Aunque las preocupaciones sobre una posible recesión económica están disminuyendo, la prevalencia de la inflación y el lento crecimiento económico están frenando los ingresos disponibles de los consumidores. Esto está contribuyendo a un menor crecimiento de la demanda de productos pesqueros, lo que ya es evidente. Además, hay un cambio acelerado en las preferencias hacia el pescado de cultivo asequible, y los consumidores se alejan del pescado blanco de captura, cada vez más caro.