El comercio se recupera con fuerza a medida que la industria emerge de las secuelas del COVID-19

 

Con el levantamiento de muchas restricciones que causaron daños graves a las empresas durante la pandemia, tanto el comercio como la producción de productos pesqueros y acuícolas experimentaron una fuerte recuperación en 2021. Se pronostica un crecimiento positivo de la oferta, tanto para la pesca silvestre como para el sector acuícola, y se prevé que la cifra final de la producción total de 2021 sea casi igual a la de 2019. Sin embargo, para la acuicultura, la tasa de crecimiento se mantendrá muy por debajo de la tendencia a largo plazo, ya que se sigue sintiendo el impacto de las restricciones y de la planificación conservadora de la producción. Para las flotas pesqueras, el resurgimiento del sector de los servicios de alimentos y la demanda que lo acompaña está impulsando los esfuerzos pesqueros, pero la oferta sigue siendo escasa para algunas especies.

 

Tras una importante caída en 2020, los ingresos del comercio pesquero se recuperaron con mucha fuerza en 2021, con un incremento interanual previsto de alrededor del 12 %. Se proyectan ganancias interanuales significativas para todas las regiones del mundo y casi todas las categorías de productos básicos, aunque la reducción en la demanda de atún enlatado probablemente conduzca a una caída en los ingresos de algunos actores clave de la industria, como Tailandia. Se espera que los volúmenes comercializados sean comparables a los de 2019, lo que significa que la mayor parte del aumento en el valor es el resultado de valores unitarios más altos. Esto refleja el efecto de precio de una actividad de compra renovada por parte del sector de servicios de alimentos, combinado con fuentes de demanda creadas por necesidad en el transcurso de la pandemia. Según los analistas, estas nuevas dinámicas de mercado, originadas por las restricciones de la pandemia, probablemente continuarán a largo plazo. Incluso con la reapertura de los restaurantes, el interés renovado en la cocina casera, los servicios de delivery y los canales minoristas de comercio electrónico no han mostrado señales de desaparecer.

 

Al mismo tiempo, muchos de los efectos negativos de la pandemia continúan impactando en el comercio mundial, en particular las tarifas de envío excepcionalmente altas y los retrasos logísticos asociados a la escasez de contenedores, a nuevos procedimientos fronterizos y demoras en los puertos. La posibilidad de que surjan nuevas variantes del COVID-19 y el riesgo de nuevas olas de contagios amenazan con revertir o ralentizar el proceso de reapertura económica y, por lo tanto, siguen siendo una preocupación importante para todas las partes interesadas.

 

Más allá de los desafíos relacionados con la pandemia, hay varios problemas geopolíticos que afectan el comercio pesquero mundial, incluyendo las tensiones persistentes entre China y Estados Unidos, con aranceles a varios productos pesqueros. No obstante, esto también ha provocado nuevas oportunidades a productores competidores, mientras que muchos proveedores chinos han centrado su atención en el creciente mercado interno. Por otra parte, el nuevo estatus del Reino Unido como país fuera de las normas de la UE ha generado nuevas cargas administrativas y costos para los exportadores.

 

Esta combinación de desafíos logísticos que inhiben los canales de suministro y el retorno de la demanda elevó la mayoría de los precios comercializados. Los precios de los productos acuícolas se han recuperado con fuerza, debido a la demora en la respuesta de la oferta, así como al éxito que han tenido las cadenas de suministro acuícola integradas para adaptarse a las tendencias de consumo en tiempos de pandemia. Al mismo tiempo, se espera que la oferta de algunas categorías de pescado silvestre muy comercializadas, como los demersales y los cefalópodos, siga siendo escasa en 2022. Dada la fortaleza sustancial de la demanda que se está generando a medida que el mundo reabre, es probable que la presión alcista sobre los precios continúe. Dicho esto, la industria y los consumidores aún están en el proceso de comprender la naturaleza, la escala y la duración de los cambios sociales y económicos ocurridos en todo el mundo. Los desarrollos imprevistos del mercado que ralentizan o aceleran el ritmo de recuperación en relación con las expectativas significan que existe un riesgo elevado de fluctuaciones bruscas de precios. Esto es particularmente cierto para los productores acuícolas que deben planificar su producción por adelantado, a veces con más de un año de anticipación.