En Francia durante los meses pasados se habían detectado algunos casos de intoxicación alimentaria, que primariamente habían sido atribuidos a la ingesta de mejillón importado de España. Sin embargo, lo real es que las autoridades sanitarias francesas no lograron demostrar científicamente esa relación. Por tal motivo, se decidió levantar la prohibición que regía en cuanto a la comercialización de este molusco bivalvo. Los ministerios de Agricultura y Sanidad franceses también expresaron que “las causas que motivaron la alerta ya no existen”, por lo cual la resolución quedó sin efecto. La medida se tomó a principios de abril, y las autoridades competentes habían recomendado a los ciudadanos franceses no consumir los mejillones gallegos, y devolverlos al establecimiento luego de comprarlos.

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